jueves, 5 de mayo de 2011

Piñon, Yaiza. Cambio de narrador

Estaba aterrorizada, esperando a que un doctor se dedicara a llevarme al quirófano.
Me llamo Lucía, tengo 16 años y me van a operar de los oídos.
Es una operación un tanto arriesgada, pues me podría quedar sorda si algo saliera mal.

-No te preocupes, todo va a salir bien- Me decía una y otra vez mi marido para calmarme.

-Lo se, pero si…

-¡No va a pasar nada!

Aquí viene el doctor. No se quien estaba peor, si mis padres o yo.
Mi padre intentaba disimular la preocupación para no alterar a mi madre, pero en el fondo estaba igual o peor que ella.
Me dieron un beso y un abrazo, y junto con el doctor me fui de camino al quirófano.

Había pasado ya una hora, pero esa hora se me hizo realmente eterna.
Mi mujer no paraba de dar vueltas de un lado para el otro.

-¿Señores Gutiérrez?

-Si, somos nosotros.

-La operación de su hija ha sido un éxito. Necesita descansar, pero en dos días se podrán ir a casa.

Al oír eso a mi marido y a mi, se nos saltaron las lágrimas de los ojos, y una gran sonrisa iluminó nuestra cara.

1 comentario:

  1. Bien. Ensayas como Cortázar a cambiar de que narre la chica a su padre. Cuentas bien la preocupación de ambos. Tal vez, un poco más de énfasis en momentos importantes hubiera dado al cuento más tensión. ¿Qué pasó en la hora interminable? Podrías introducir detalles tales como que el padre se paseaba de acá para allá o la madre se mordía las uñas. En conjunto, tu cuento es interesante.

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