martes, 3 de mayo de 2011

Bernal, Yaiza. Un hombre madera

Érase una vez un hombre que vivía en una granja, junto su mujer y a sus hijos. El hombre apreciaba un montón a los animales y estos le trataban bien a él.
Un día el hombre se fue al pueblo a comprar unas cuantas cosa que necesitaba, ya en la tienda, la dependienta soltó un par de carcajadas que dejo a Pedro, que así se llama, un poco desconcertado.
Cuando llegó a casa le preguntó a su mujer:
-Cariño, hoy he ido a comprar y la dependienta se ha reído en mi cara. ¿Tú lo sabes?- preguntó el marido.
Sus hijos entraron al salón, donde estaban sus padres, y se empezaron a reír.
-Hijos por qué os reís.- preguntó el padre de nuevo.
-Papa tú hoy no te has mirado en el espejo, ¿verdad?
-Pues claro que sí, ¿por qué?
Pedro se miró a un espejo y se dio cuenta que era de madera.
-No me lo puedo creer.- dijo Pedro.
-Pues papá si mientes te crecerá la nariz.- dijo un hijo.
-No me lo creo.- respondió
Sus hijos hicieron una prueba y era cierto si mentía le crecía la nariz.
Desde aquel día Pedro tenía que tener mucho cuidado con lo que decía, porque si mentía le crecía la nariz. También tenía que tener cuidado con el fuego, porque se podía quemar y podía aguantar todo tipo de golpes.

1 comentario:

  1. Cuento divertido. El pobre Pedro se ve convertido en un hombre de madera, sin darse cuenta. Pero el lector ya por el título lo sabe y le genera curiosidad ver qué hace ese hombre que no sabe que se ha transformado. Bien planteado, pero ¿cómo se transforma? Este detalle sería importante conocerlo porque es el elemento central del cuento. En conjunto, como en el anterior cuento que escribiste, tu texto está bien escrito y se lee con facilidad.

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