El Emperador acerca el sillón y con un gesto airoso toma la Pluma de la justicia. Se la entregó el Consejero. El Emperador se paseó por los corredores durante muchas noches antes de sincerarse. «¿Cómo impido que me venzan?». El Consejero no dijo nada. Revolvió en su arcón y le entregó una pluma color fuego. «Siempre que tome una decisión importante, escriba con ella». El Consejero espera a su lado. El Emperador moja la pluma y lee lo que va a escribir. Rellena una cuartilla con nombres y delitos. «Como guardián del Pueblo ratifico la decisión de que los rebeldes sean ajusticiados». Lee esto, pero la tinta se agota tras escribir «se». El Emperador empapa la pluma, rasca el papel con ella, pero no deja marca. Se vuelve sorprendido hacia el Consejero. «Déjela que escriba». El Emperador prosigue: «rehabiliten».
Lo leí atentamente, te quedó excelente. Me llaman mucho la atención este tipo de relatos. Super bueno.
ResponderEliminarSaludos~
Genial, querido Santiago.
ResponderEliminarLa Pluma alberga la sabeduría de la que carece el emperador. En lugar de castigar, rehabilitar... bien dichas las palabras de su consejero: deja que ella escribe, y siempre que vayas a escribir algo importante, hazlo con ésa pluma...
Hermoso:D
kisses y feliz día...
A mí me ha parecido que enseñas un valor muy importante: no hay que castigar a los "malos", porque entonces nunca dejarán de serlo, hay que enseñarlos, para que no vuelvan a cometer delitos (o lo que sea que cometan)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Bueno me presento (aunque igual debería haberlo hecho antes...) soy una nueva adicta jeje y el microrrelato que he escrito ha sido mi primer microrrelato. No sé qué tal me habrá salido.
Un saluditooo ^^
muy bueno, Santiago! (ojalá esas plumas existieran en la vida real)
ResponderEliminarHola;
ResponderEliminarMuy bueno, muy bueno. Me ha encantado tu mensaje. Ojalá todos los poderosos tuvieran un consejero y una pluma como ese, todo iría mejor.
Saludos.
¡¡Qué final tan genial!! Me encantó, ojalá siempre fuese así de fácil y todos tuvíesemos una pluma de esas.
ResponderEliminarDesde luego impresionante final. te ha quedado muy bien!
ResponderEliminar¡Muy bueno, Santiago! No sé qué haría yo con una pluma como esas, seguro rasguñar el papel hasta cansarme y seguir con mi querida Bic, jaja.
ResponderEliminarBesos!
Me encanta la pluma de la justicia, creo que todos deberíamos tener una a mano de vez en cuando. Está muy bien llevado el microrrelato, nos sitúa muy bien en época y la historia es genial. besos!
ResponderEliminarMe alegra mucho que os haya gustado. Os agradezco a todos vuestros comentarios.
ResponderEliminarExcelente, gran valor que describes.
ResponderEliminarY como los demás, me encantaría tener una pluma como esa cuando el calor del momento no me deja pensar con claridad.
Saludos~
Wow, de verdad que me gustó, sobre todo por lo que dice el consejero. ¡Muy bueno e interesante!
ResponderEliminarMuy chulo el microrrelato, me ha gustado mucho. Decir tanto en tan pocas palabras... muy bueno, me quito el sombrero
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