Sale Marta de una de las
habitaciones caminando de puntillas y va a esconderse tras el sofá; acto
seguido, salé también Cortés y da vueltas por el salón hasta dar con ella.
-Te pillé- dice, mientras le
retira el pelo del rostro para besarla-. ¿Crees que puedes escapar de mí?
-Parecía que te habías quedado
dormido y pensé en hacerte una trastada. En el fin del Mundo, uno no se puede
quedar dormido.
-Sí, es verdad, en el fin del Mundo
hay que aprovechar el tiempo.
Antes de que pueda besarla, se
abre la puerta de la calle; entran José Manuel e Inesita y encienden las luces.
Marta y Cortés permanecen ocultos tras el sofá.
-Pasa, pasa, Inesita, ponte
cómoda, ¿qué quieres tomar?- pregunta José Manuel.
-No sé, don José Manuel, lo que
me ponga está bien-Inesita se acomoda en el sofá y se queda ensimismada.
-Te he dicho que, fuera del
trabajo, me llames José a secas ¿Qué te ocurre?- trata de sonar cariñoso.
-Me da vergüenza estar aquí,
usted ya tiene una mujer, quiero decir, tú mujer es guapa y una gran abogada.
José Manuel se acerca hasta
Inesita.- Tú eres más guapa y mucho más agradable. Hacía demasiado tiempo que
queríamos estar aquí tú y yo solos y, como se va a acabar el Mundo, es ahora o
nunca-. En el momento que José Manuel va a estrecharla entre sus brazos, Marta
le golpea con un cojín en la cara. -Pero, ¡cacho cerdo! ¿Qué te crees que haces
con esa?- los tres se levantan y Marta apunta con el índice a Inesita.- Mírala,
si parecía una mosquita muerta.
Pero, ¿tú no estabas con las
amigas?- pregunta José Manuel.
Marta le da de cojinazos.- Tienes
la cara llena de carmín. Infiel, más que infiel, cochino, con la secretaria, en
nuestra casa-. Él retrocede murmurando disculpas, hasta que ve a Cortés.
-Cortés, ¿tú qué haces aquí… y
sin camisa? ¿Marta? Ya me parecía raro, todo el tiempo que dedicabas a este
«cliente». Eres una…-vuelve a abrirse la puerta. Entra Pablo muy alterado.
-¡Papá!, ¡mamá!,
me he metido en un lío, tenéis que ayudarme, me voy para el cuarto, vosotros
decís que no estoy.
-¿A
quién?-pregunta Marta.
-A la poli.
-¿A la policía? ¿Pero qué has
hecho?
-Es que,
como era el fin del Mundo, quería darme un gustazo. Me parecía muy molón acabar
a doscientos por hora en un cochazo. El problema es que el mundo no se ha
acabado, ya son más de las doce; y vienen los polis detrás de mí- Pablo se mete
en su habitación, suena el timbre y Marta va a abrir.
-Buenas noches ¿Es usted la
señora Balmaseda?
-Sí, agente. ¿Qué ocurre?
-Es por su hija.
-¿Mi hija? ¿Ha tenido algún
problema? Salió a cenar con los compañeros de la facultad.
-Señora, nos han llamado de un
local porque su hija se subió a la barra a bailar.
-No puede ser, si mi hija no bebe
nunca, es muy tímida y no le gusta llamar la atención.
-Pues esta noche la ha llamado,
el dueño se ha avenido a no denunciarla por los desperfectos, pero que no se
repita- aparece Margarita en el umbral, sostenida por otro agente. Los policías
se marchan.
-¡Viva el fin del Mundo! ¡Viva!
Mamá, yo quería bailar toda la noche para celebrar el fin del Mundo y esos
señores no me han dejado-. Pablo vuelve a salir.
-¡Menudo
fin del Mundo!- dicen todos al unísono.
-Mamá,
¿estos señores quiénes son?- Margarita mira a Cortés y a Inesita, mientras
trata de mantenerse en pie.
Marta y
José Manuel se miran con complicidad y responden- Unos amigos.
-Está bien- resuelve Marta-. José
Manuel, coge nuestro coche, que el niño coja el otro y lo dejáis muy lejos.
Toma un pañuelo para borrar las huellas. Cortés e Inesita os vais a casas, ya
hablaremos, y yo voy a acostar a Margarita. Mañana será otro día.
Imagen tomada de:anibal-librosysurtidores.blogspot.com
Imagen tomada de:anibal-librosysurtidores.blogspot.com
Joer, ¡vaya pollo han montado entre todos!
ResponderEliminarUn abrazo.
El relato me gustó. ¡Muy divertido!
ResponderEliminarTodos se han desmelenado esperando el fin del mundo. Un relato muy gracioso y muy real.
ResponderEliminarUn saludo!!!
Jejejeej ¡que familia!
ResponderEliminarMuy divertido tu relato.
Saludos.
jejeje, muy buen relato. Me parece interesante la idea y el estilo que utilizas.
ResponderEliminarMe gustó tu proyecto ^^
Besos y me quedo por aquí!! ^^
Hola, me gusto la historia, aunque ahi varios detalles, no termino de entender si es una obra de teatro o del tipo novela...
ResponderEliminar...Y mañana será otro día... jajajajaja, menudo remate. Me ha gustado muchísimo, es verdaderamente hilarante toda la situación.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaja, muy bueno, me encantó, pude imaginarme todo como una obra de teatro, felicitaciones... :)
ResponderEliminarGenial, tu texto demuestra a las claras que las madres lo arreglan todo, qué sangre fría demuestra Marta. Un poco sinvergüenza, sí, pero hay que reconocerle el mérito jeje.
ResponderEliminarEstá muy interesante tu relato, felicidades.
Qué lío más divertido!! ;)
ResponderEliminarMuy, muy divertido..
ResponderEliminarMuy, muy divertido..
ResponderEliminarPodría tratarse de cualquier episodio de una serie de enredo, muy divertido.
ResponderEliminarjaja menuda familia. me a gustado tu relato muy divertido. Lo que si que hay que tener cuidado con esto del fin del mundo si queremos hacer cosas que no sean como estas.. saludos.
ResponderEliminarSanti: Bastante buena tu puesta teatral, pues tu escrito ese aspecto tiene. A muchos acrores les hubiera gustado interpretarla.
ResponderEliminarNo me admiraría que se hubiesen cometido estas y otras locuras más. Lo que me admira es que haya habido quienes las hayan cometido con el argumento de que el planeta tocaba a su fin.
Bien por tu originalidad: Doña Ku
Este relato me saco una sonrisa, me lo imaginé como un corto!,
ResponderEliminarFelicitaciones!
Jajjaja, vamos, en un momento esa casa pasó a ser el camarote de los hermanos Marx, jejjje.
ResponderEliminarEnhorabuena, me ha divertido ;)
Un besin